jueves, 23 de abril de 2009

CAMINANDO Y CAMINANDO





Diálogos furtivos es la primera exposición individual de Robert Orihuela, egresado en el 2005 de la Especialidad de Pintura con Medalla de Oro de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP). En esta muestra, Orihuela reúne tradición cultural e innovación plástica. Conceptos que le permiten tejer correspondencias entre una tradición textil milenaria y unas formas visuales concretas de apropiación de dicha tradición. Ambos conceptos son el resultado de sus investigaciones como artista plástico y su forma de presentación, son también una manera didáctica de plantear sus proyectos artísticos.

Motivado a rescatar aquel legado ancestral, los trabajos que expone Orihuela en la sala de exposiciones “Le carré d’art” de la Alianza Francesa de La Molina, inciden por un lado, sobre la necesidad de recuperar una identidad cultural, acaso extraviada, por el incremento de la globalización y, por otro lado, llamar la atención sobre la lenta desaparición de esta técnica milenaria.

Más allá de una continuidad en el tiempo por mantener viva una tradición familiar, encontramos en Diálogos furtivos, un deseo para superar ciertas barreras de géneros artísticos y reactivar desde una aparente práctica artesanal la sensibilidad del espectador, aproximándole a una reflexión sobre tradición e identidad cultural

Víctor Manuel Manrique

LOS LINK

http://alianzafrancesa.org.pe/03/03_2b.php?sec=3&pag=2

http://www.pressperu.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2232&lang=es&Itemid=37

http://www.infomediarios.com/2009/04/21/al-rescate-de-un-proceso-artesanal-del-artista-robert-orihuela/

http://peru21.pe/impresa/noticia/agenda-cultural/2009-04-22/244635

martes, 21 de abril de 2009

21 de abril





UNA RETROSPECTIVA CON PALABRAS

2002

… mis recuerdos son como las monedas de oro en el bolso del diablo; cuando una las abre, sólo encuentra hojas secas…

2005

… claro que casualidades de ésas ocurren millones en el mundo a cada instante. Sueño con escribir sobre eso un gran libro: La teoría de la casualidad. Describir y clasificar distintos tipos de casualidades. Por ejemplo: < … la frase se vuelve melancólica… La casualidad ha dado a los acontecimientos un significado inesperado y por eso la llamo casualidad poética…

2007

Escribo algo
Algo todavía
Algo más aún
Añado palabras pájaros
Hojas secas viento
Borro palabras nuevamente
Borro pájaros hojas secas viento
Escribo algo todavía
Vuelvo a añadir palabras
Palabras otra vez
Palabras aún
Además pájaros hojas secas viento
Borro palabras nuevamente
Borro pájaros hojas secas viento
Borro todo por fin
No escribo nada.

2008

… El hombre que vivía en la cárcel, con las puertas cerradas desde el día de hoy…

& 21 Abril

viernes, 17 de abril de 2009

MI CENTRO ESTE PUNTO




Hoy sabemos muchas cosas de la vida

Y de la muerte. Sabemos

El instante preciso en que la luz

Se vuelve mariposa. Sabemos

Que somos solamente impulsos

Cruce de campos otra vez. Sabemos

Todo eso pero no sabemos todavía

Convertir tanta sapiencia

En una criatura que nos mira solamente

Y que nos llena de alegría.

miércoles, 15 de abril de 2009

DIÁLOGOS FURTIVOS



Diálogos furtivos
Al rescate de un proceso artesanal

Lana, hilos, pigmentos, lanzaderas, palabras escritas, son algunos de los materiales que utiliza Robert Orihuela en el proceso de elaboración de sus propuestas artísticas. Aunque recurre regularmente a la pintura y al diseño, como medios a través de los cuales puede indagar en su búsqueda personal, sus trabajos revelan una marcada tendencia a establecer un complejo vínculo entre arte y artesanía. Tal binomio se une y amalgama revelándonos acaso otros misterios quizá por intuir.

Diálogos furtivos es la primera exposición individual de Orihuela y, en esta muestra, reúne tradición cultural e innovación plástica. Conceptos que le permiten tejer correspondencias entre una tradición milenaria y unas formas visuales concretas de apropiación de dicha tradición. Ambos conceptos, resultado de sus investigaciones como artista plástico, y su forma de presentación, son también una manera didáctica de exponer sus proyectos artísticos. Aquí la transformación de aquellos materiales, no solo nos remite a una valoración de importantes sectores de la producción textil en el Perú, también nos facilita nuevos modos de comprensión del quehacer artístico contemporáneo.

Robert Orihuela, egresado en el 2005 de la Especialidad de Pintura con Medalla de Oro de la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP), paradójicamente, se ha valido del manejo del textil, y no de la pintura misma, como técnica para rastrear su procedencia y desarrollar un lenguaje plástico propio.

La textilería en el Perú es un oficio muy antiguo, podemos encontrar numerosos testimonios en textos sobre el tema que dan cuanta como, aún antes de la aparición de la cerámica, los antepasados ya conocían la técnica del entrelazado.

Mas allá de una continuidad en el tiempo por mantener viva una tradición familiar, encontramos en Diálogos furtivos, un deseo para superar ciertas barreras de géneros artísticos y reactivar desde una aparente práctica artesanal, la sensibilidad del espectador aproximándole a una reflexión sobre tradición e identidad cultural.

Víctor Manuel Manrique

Curador independiente
Abril del 2009

DIALOGANDO CON EL ART





Alliance Francaise

El presidente del Comité Ejecutivo de la Alianza Francesa de Lima
Tiene el agrado de invitar a usted a la inauguración de la exposición individual

_ Diálogos furtivos _

Al rescate de un proceso artesanal

Robert Orihuela


Curaduría
Víctor Manuel Manrique

Inauguración miércoles 22 de abril de 2009 a las 7:00 p.mGalería “Le Carré d’Art”
Av. Javier Prado Este 5595, La Molina

Iván Dibós Mier agradece su gentil asistencia
Exposición abierta al público hasta el 21 de mayo
Horario de atención: de Lunes a Viernes de 8.30 a.m. a 8.00 p.m.
sábados de 8.30 a.m. a 12.30 p.m.

www.alianzafrancesa.org.pe
prensa@alianzafrancesa.org.pe

lunes, 13 de abril de 2009

ENSAYO SOBRE LA VEJEZ

El Rector y el Director del Centro Cultural de la Universidad Tecnológica del Perú
Tiene el agrado de invitar a usted a la inauguración de la muestra pictórica

Ensayo sobre la vejez
Robert Orihuela – Javier Ramos Cucho – Samuel Pintos – Laura Yurivilca
Miguel Vílchez – Isela Briones – Eduardo Chávez & Marino Salas


Curaduría
Felipe Mayuri Poma

Que se realizará el jueves 16 de abril de 2009 a 7:30 pm, en la Galería de Arte del Centro Cultural “Alberto Quintanilla” de la UTP
Enrique Bedoya Sánchez y Rildo Campana Añasco, agradecen por su anticipado su asistencia.
La muestra permanecerá abierta hasta el viernes 15 de mayo de 2009

Galería de Arte de la Universidad Tecnológica del Perú
Avenida Petit Thouars 195, Lima
cultura@utp.edu.pe

jueves, 9 de abril de 2009

LA PATA DE MONO



III

En le cementerio nuevo, a unas dos millas de distancia, marido y mujer dieron sepultura a su muerto y volvieron a la casa transidos de sombra y de silencio.

Todo pasó tan pronto que al principio casi no lo entendieron y quedaron esperando alguna otra cosa que les aliviara el dolor. Pero los días pasaron y la expectativas se transformó en resignación, esa desesperada resignación de los viejos, que los algunos llaman apatía. Pocas veces hablaban, porque no tenía nada que decirse; sus días eran interminables hasta el cansancio.
Una semana después, el señor White, despertándose bruscamente en la noche, estiró la mano y se encontró solo. El cuarto estaba a oscuras; oyó, cerca de la ventana, un llanto contenido. Se incorporó en la cama para escuchar.
- Vuelve a acostarte – dijo tiernamente -, Vas a Tomar frío.
- Mi hijo tiene más frío –dijo la señora White y volvió a llorar.
Los sollozos se desvanecieron en los oídos del señor White. La cama estaba tibia, y sus ojos pesados de sueños. Un despavorido grito de su mujer lo despertó.
- ¡La pata de mono! – gritaba desatinadamente -. ¡La pata de mono!
El señor White se incorporó alarmado.



-¿dónde está? ¿Qué sucede?

Ella se acercó
- La quiero. ¿no la has destruido?
- Está en la sala, sobre la repisa – contestó asombrado-, ¿Para qué la quieres?
Llorando y riendo se inclinó para besarlo, y le dijo histéricamente:

- Sólo ahora ha pensado… ¿Por qué no he pensado antes? ¿Por qué tú no pensaste?
- ¿Pensaste en qué? – preguntó




- En los otros dos deseos – respondió enseguida - , Sólo hemos pedido uno.
- ¿No fue Bastante?
- No – gritó ella triunfante-, Le pediremos otro más. Buscando pronto y pide que nuestro hijo vuelva a la vida.
El hombre encendió la vela.
- Dios mío, estás loca.
- Búscala pronto y pide – le balbuceó- ; ¡mi hijo, mi hijo!
El hombre encendió la vela-
Vuelve a costarte. No sabes lo que estás diciendo,
Nuestro primer deseo se cumplió. ¿Por qué no hemos de pedir el segundo?-
- Fue una coincidencia.
- Búscala y desea – gritó con exaltación la mujer. El marido se dio vuelta y la miró.
- Hace diez días que está muerto y además (no quiero decirte otra cosa) lo reconocí por el traje. Si ya entonces era demasiado horrible para que viniera…
- Tráemelo – gritó la mujer arrastrándolo hacia l PUERTA-. ¿Crees que temo al niño que he criado?



El señor White bajó en la oscuridad, entró en la sala y se acercó a la repisa. El talismán estaba en su lugar. Tuvo miedo de que el deseo todavía no formulado trajera a su hijo hecho pedazos, antes de que él pudiera escaparse del cuarto. Pidió la orientación. No encontraba la puerta. Tanteó alrededor de la mesa y a lo largo de la pared y de pronto se encontró en el zaguán, con el maligno objeto en la mano.
Cuando entró en el dormitorio, hasta la cara de su mujer le pereció cambiada. Estaba ansiosa y blanca y tenía algo sobrenatural. Le tuvo miedo.
- Pídelo – gritó con violencia.
- Es absurdo y perverso – balbuceó.
- Pídelo – repitió la mujer.
El hombre levantó la mano:
- Deseo que mi hijo viva de nuevo-
El talismán cayó al suelo. El señor White siguió mirándolo con terror. Luego, temblando, se dejó caer en una silla mientras la mujer se acercó a la ventana y levantó la cortina. El hombre no se movió de ahí, hasta el frio del alba lo traspasó. A veces miraba a su mujer, que estaba en la ventana. La vela se había consumido; hasta apagarse, proyectaba en las paredes y el techo sombras vacilantes.



Con le inexplicable alivio ante el fracaso del talismán, el hombre volvió a la cama; un minuto después, la mujer, apática y silenciosa, se acostó a su lado.

No hablaron; escuchaban el latido del reloj. Crujió un escalón. La oscuridad era opresiva; el señor White juntó coraje, encendió un fósforo y bajó a buscar una vela.
Al pie de la escalera el fósforo se apagó. El señor White se detuvo para encender otro; simultáneamente, resonó un golpe furtivo, casi imperceptible, en la puerta de entrada.

Los fósforos cayeron. Permaneció inmóvil, sin respirar, hasta que se repitió el golpe. Huye a su cuarto y cerró la puerta. Se oyó un tercer golpe.



-¿Qué es eso?- grito la mujer.
- Una laucha – dijo el hombre-, Una laucha, se me cruzó en la escalera.

La mujer se incorporó. Un fuerte golpe retumbó en toda la casa.
-¡es Herbert! ¡Es Herbert!- La señora White corrió hacia la puerta, pero su marido la alcanzó.
-¿Qué vas a hacer?- le dijo ahogadamente.
-¡es mi hijo; es Herbert!- gritó la mujer, luchando para que la soltaran-, Me había gritó la mujer, luchando para que la soltaran-. Me había olvidado que le cementerio está a dos millas. Suéltame; tengo que abrir la puerta.
_ por amor de Dios, no le dejes entrar – dijo el hombre, temblando.
-¿Tienes miedo de tu propio hijo?- gritó-, Suéltame. Ya voy, Herbert; ya voy.

Hubo dos golpes más. La mujer se libró y huyó al cuarto. El hombre la siguió y la llamó mientras bajaba la escalera. Oyó el ruido de la tranca de abajo; oyó el cerrojo; y y luego la voz de la mujer, anhelante:
_ La tranca_ dijo-, No puedo alcanzarla.




Pero el marido, arrodillando, tanteaba el piso en busca de la pata de mono.
- Si pudiera encontrarla antes de que eso entrara…
Los golpes volvieron a sonar en toda la casa. El señor White oyó que su mujer acercaba una silla; oyó el ruido de la tranca al abrirse; en el mismo instante encontró la pata de mono y; frenéticamente, Balbuceó el tercer y último deseo.

Los golpes cesaron de pronto; aunque los ecos resonaban aún en la casa. Oyó retirara la silla y abrir la puerta. Un viento helado entró por la escalera; y un largo y desconsolado alarido de su mujer le dio valor para corre hacia ella y luego hasta el portón. El camino estaba desierto y tranquilo.


JACOBS, WILLIAMS WYMARK

1965.