viernes, 21 de noviembre de 2014

DANUWAN



“If half of my body smiles, the other half expands “.

Colección privada de Danuwan Mx. _

_Hola Robert pues que te puedo decir mas que eres un artista único con una sensibilidad estética e imaginación interminables. . Y ya pensando en términos de como transladas tu realidad a los momentos cotidianos me pareces una persona que valora los detalles pequeños que le dan sentido a nuestros dias....un abrazo muy fuerte desde un San Pablito Danuwan donde no estoy ahora mismo pero llegaré en un tiempo para sentir esa vibra nativa otra vez. ..mucha felicidad y muchos nuevos proyectos...

viernes, 19 de septiembre de 2014

AUTODISECCIÓN / SALA MEXICANA / CASA DEL ARTE DIEGO RIVERA





La Corporación Cultural de Puerto Montt (CCPM)


El arte y la cultura es la trascendencia de los hombres que habitan una ciudad, y con sus obras universalizan a su pequeño terruño. Las ciudades pueden crecer en el ámbito físico, administrativo y comercial, pero carecer de alma. Y esa alma es el aporte de quienes trabajan con su sensibilidad para aprehender al mundo y proyectarlo a través del arte en sus múltiples expresiones. Se dice que Puerto Montt es una ciudad de Pintores y Poetas. Los pintores han proyectado su impresión de la ciudad a todo el mundo, existiendo artistas nacionales que han quedado embrujados por su paisaje y su gente, despertando tras de sí muchos otros que han seguido sus pasos. Del mismo modo, los poetas han cantado y rescatado el palpitar del corazón de sus habitantes frente al fascinante entorno humano y geográfico. No obstante, las demás expresiones artístico-culturales igualmente han encontrado un eco profundo en el espíritu de sus habitantes, fortaleciéndose poco a poco un rico abanico de disciplinas estéticas que configuran la cultura local: la música, la danza, el teatro, el folklore, y la literatura  en todos sus géneros.




La Casa de los Artistas

La Casa del Arte Diego Rivera, está ubicada en el centro de Puerto Montt en la esquina de las calles Antonio Varas y Quillota. Fue inaugurada el 16 de noviembre de 1964 con la concurrencia de la esposa del Presidente de México, señora Eva Sámano de López Mateos. El edificio lleva el nombre del famoso pintor y muralista mexicano Diego Rivera en agradecimiento al pueblo de México por su generosa colaboración para construirlo como un recinto para artistas y pintores de la zona en reemplazo de lo que fuera la antigua “Casa de Botes”, completamente destruida por el terremoto del 22 de mayo de 1960.
La cooperación del gobierno mexicano se gestó gracias al embajador de México y escritor Gustavo Ortiz, quien acogió la idea gestionada por la “Agrupación de Pintores” conformada por los artistas: Carlos Laroze, Arturo Pacheco Altamirano, Ardy Wistuba, Manuel Maldonado “Manoly”, Héctor Wistuba, Gastón Gómez, Bernardo Olavarría, entre otros.
Las gestiones prosperaron y la iniciativa fue incorporada al Plan Chileno-Mexicano de Cooperación Fraternal, cuyos ejecutivos designaron una comisión para la adquisición del terreno y planificación de la obra. El 14 de noviembre se inauguró la Casa del Arte y contó con la presencia de destacadas personalidades políticas, intelectuales y artísticas de entonces.
Con el correr de los años la Casa del Arte Diego Rivera no sólo ha permitido albergar y mostrar el trabajo de pintores locales y nacionales, sino también compartir sus espacios con el grabado, fotografía, escultura, cerámica, teatro, danza, música, entre otras manifestaciones culturales.

Horarios de Atención:
Salas de exposiciones: lunes a sábado de 10:00 a 19:00 hrs. / domingos y festivos de 
15:00 a 19:00 hrs.

 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

miércoles, 10 de septiembre de 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

AUTODISECCIÓN



AUTODISECCIÓN

Robert Orihuela se formó como artista en la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP). Egresó con honores en el año 2005, recibiendo la medalla de oro al ganar el primer puesto de su promoción, en la especialidad de pintura. El trabajo que lo hizo merecedor a  este premio, se distinguió de otros por el tipo de soporte. Emancipándose del lienzo, nuestro artista se aventuró a crear su propio medio – el tejido-, dejando en claro que ya a esas alturas, lo bidimensional no lo satisfacía: la insinuación del volumen, no le bastaba; la ilusión de profundidad, tampoco.
La incorporación del hilo responde a esta inquietud.  Al reparar en las particularidades del hilo, Robert se da cuenta de las virtudes que este encarna. Al ser un material tridimensional, en él no solo habita el color, sino también el volumen y la textura. Es así como descubre el valor escultórico del hilo. Si vemos sus obras, podemos darnos cuenta de que el tratamiento del hilo es manifiestamente pictórico, pero este tratamiento también es, en alguna medida,  escultórico. La superposición de hilos, la alternancia en el grosor, el desgarro de la fibra: todo esto hace que la obra salga hacia nuestros ojos y que podamos sentir la tercera dimensión.  Podríamos decir que con el hilo no solo pinta, sino que esculpe. En ese sentido, el hilo sería lo que posibilita, en su obra, la íntima reunión de la pintura y la escultura.

Por otro lado, el hilo es, en sí mismo, metafórico. Su incorporación le permite a Orihuela abrir el plano de la metáfora. Todos conocemos lo que es el hilo en sentido literal pero, metafóricamente, cuando hablamos de “seguir el hilo” queremos decir “seguir el hilo argumentativo”, seguir la concatenación de ideas, es decir, el sentido. “Hilar”, en sentido literal, es hacer hilo; pero “hilar” en sentido metafórico, es cavilar, pensar, argumentar. Estos son los dos sentidos que se encuentran enlazados en su obra. El hilo en sentido literal es atravesado por el hilo en sentido metafórico: con la literalidad expone la metáfora. Sin embargo, la metáfora no queda solamente ahí.  El hilo está hecho de fibra, y esta constituye el segundo nivel de esta metáfora. Nuestro artista no trabaja con un hilo cualquiera: el hilo es, desde sus fibras, suyo. Esto es así en sentido literal y metafórico. En el primer sentido, porque él mismo trata el hilo desde sus fibras y, en el segundo sentido, porque al final las fibras que hila, las fibras que teje, son las suyas, las propias.

Es a partir de esta concepción de las fibras que surge la idea de la “autodisección”. Con este término, Orihuela desea aludir al proceso de abrirse a uno mismo, detener el funcionamiento del cuerpo y explorarse. Es más un proceso de introspección el que se encuentra referido aquí. Jugando con la literalidad de la autodisección, Orihuela nos permite observar su propio proceso de exploración. El uso de cierres le permite simbolizar el acto de abrirse uno mismo; el uso de audífonos y estetoscopios, el acto de escucharse a uno mismo; el uso de casetes, el acto de grabar lo vivido en la memoria.

La “autodisección” de la que nos habla es, en última instancia, el acto de explorarnos a nosotros mismos, abriendo nuestros órganos cargados de memoria, escuchándonos, palpándonos, sintiéndonos, hasta llegar a nuestras fibras más profundas, a nuestras fibras más sensibles.  Son estas fibras las que aparecen en su obra. Han sido seccionadas para ser expuestas. 
Esta tarea ha abarcado diez años. Las fibras de esta retrospectiva han sido seccionadas desde el año 2004 hasta el 2014. El periodo marcado por estos años, ha sido para Orihuela un periodo de crecimiento y maduración. La consolidación de la técnica y la evolución de su lenguaje plástico, le ha permitido exponer, en esta retrospectiva, una disección que resulta, hasta cierto punto, paradójica. La disección que él lleva a cabo es, en realidad, todo lo contrario: lejos de disecar, de alguna manera, le influye vida a lo seccionado. Ciertamente,  viendo sus obras podemos notar que en esta  “autodisección”,   aún algo se mueve,  aún algo fluye. El color se asoma, palpita y se desvanece. El volumen hace que la forma despierte. El tiempo late pictóricamente.
En efecto, en esta “autodisección”, la organicidad aflora.

Sandra Rivera Florez
Curadora independiente

sábado, 30 de agosto de 2014

2004 _ 2014


Su memoria está compuesta de fragmentos de existencia, estáticos y eternos: el tiempo no pasa, en efecto, entre ellos, y cosas que sucedieron en épocas muy remotas entre sí están unas junto a otras vinculadas o reunidas por extrañas antipatías y simpatías. O acaso salgan a la superficie de las conciencias unidas por vínculos absurdos pero poderosos, como una canción, una broma o un odio común. Como ahora, para ella, el hilo que las une y que las va haciendo salir una después de otra es cierta ferocidad e la búsqueda de algo absoluto, cierta perplejidad, la que une palabras como padre, Dios, playa, pecado, pureza, mar, muerte.

Ernesto Sabato,  Sobre héroes y tumbas


martes, 26 de agosto de 2014

Puerto Montt, el puerto final.




Itaca


Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tú alma ante ti.


Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios. 


Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca. 


Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte. 


Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas



C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999